Antes, vender era para quien no podía hacer otra cosa, pero el tiempo nos demostró que ese concepto de venta cambió para siempre.
Hoy, para vender no basta tener voluntad, hace falta más que conocimiento de producto y buenas relaciones, se requiere de habilidades para crear valor, para poner las necesidades de los clientes por delante, ser capaz de ofrecer soluciones efectivas antes que simplemente vender.